Llegó un día que mi metabolismo decidió no trabajar más, convencido por por un brebaje mágico que me administraba un tal Doctor.
El resultado fue 20 kilos de más que he estado ignorando hasta que mi amiga Endo me miró mal.
Ya no hay más pócima, ya no hay más excusas... manos a la obra que hay que hacer arder muchos asentamientos de Lípidos que han conquistado mi abdomen, caderas, culo y piernacas.
|